Inspiring stories of Kadampa practitioners, sharing how meditation has helped them overcome life's obstacles and transformed their lives.
En octubre de 2022, mi matrimonio acababa de terminar y yo estaba arrepentida, confundida y sentÃa que necesitaba un cambio de vida. En el pasado me habÃa adentrado un poco en el budismo, lo suficiente para saber que la meditación funcionaba…
La vida no es fácil para nadie y no siempre nos enseñan en las escuelas o en la familia cómo lidiar con el sufrimiento mental y emocional que la vida puede traernos.
No habÃa nada excepcional o inusual en mis «penurias». Mis insatisfacciones y dificultades parecÃan muy triviales en comparación con lo que ocurrÃa en el resto del mundo en aquella época. Pero no dejaban de ser insatisfacciones y dificultades.
Hablamos de «vivir el ahora», pero tener cáncer me dio esta oportunidad real, este conocimiento de que si realmente vives el ahora, no experimentarás el sufrimiento de cosas que no han sucedido.
El dolor me habÃa robado la vida. Entré por primera vez en un centro Kadampa poco después de perder a mi madre a causa del cáncer. Estaba enfadada e intensamente triste.
A lo largo de mi vida, ha habido innumerables ocasiones en las que he pasado de estar contenta a sentirme llena de frustración o enfado en un instante. Me sentÃa fatal por haberme enfadado y perdido la calma; me decÃa a mà mismo que la próxima vez lo harÃa mejor…
Ya no podÃa seguir dando clases. Pensé que un cambio de trabajo me ayudarÃa, y asà fue durante unos meses. Pero seguÃa siendo la misma, un poco estresada, cansada y desgraciada…
Ya no confiaba en mis estados mentales distorsionados y agitados (mis engaños) para resolver mis problemas y hacerme feliz, sino que empecé a confiar en el desarrollo de la paz interior.
Empecé a sufrir insomnio. La preocupación por no dormir pronto se convirtió en un «tren desbocado» y pronto le siguieron la ansiedad general y la depresión.
Seis años después de empezar con el Dharma (práctica de meditación budista), a Sandy le diagnosticaron una enfermedad autoinmune rara e incurable que le provocaba ataques periódicos y progresivos de degeneración muscular.
Mientras navego por esta confusa solterÃa de treinta y tantos, descubro que algunos principios budistas, aprendidos en mi centro de meditación, ofrecen profunda sabidurÃa y serenidad.
De repente pude ver que esto no es necesariamente lo que soy, es sólo un pensamiento que estoy teniendo. PodrÃa tener pensamientos diferentes. En cualquier momento tengo flexibilidad…
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