Transformar el cáncer a través de mi práctica

Shelly Tanner

Desafiada por el cáncer, no abrumado

En 2014 me diagnosticaron cáncer de mama metastásico en estadio 3b. Y gracias a mi experiencia con el Dharma -había estado practicando en mi Centro Kadampa durante más de doce años en ese momento- fui capaz de entrar en esa experiencia con una mentalidad fuerte y estable de que esto no era necesariamente algo malo. A veces me sentía casi como un "fraude del cáncer", porque estaba disfrutando mucho aprendiendo a llevarlo de la mejor manera posible. Me presentaba cada día y aprendía lo que era aceptar algo sobre lo que no tenía ningún control.

Soy esquiador, y Kadam Morten utiliza a menudo el esquí como analogía de nuestra práctica, porque para un esquiador experimentado, un bache, un mogul, es algo que buscas, el reto que deseas. Así que me adentré en este viaje contra el cáncer con esa mentalidad de esquiador: esa sensación de: "¿No es esto para lo que te has estado entrenando?". Fue como la experiencia sobre el terreno de las grandes cosas de las que hablamos en Dharma. La enfermedad. Posiblemente morir. Realmente subió la apuesta, y tuve que aceptar momento a momento lo que estaba sucediendo.

skiing over challenging terrain

Disipar el miedo al futuro

Empecé a darme cuenta de que la mayoría de las cosas que nos preocupan en realidad no han sucedido. Son sólo pensamientos en nuestra mente. Es como dijo Mark Twain: “He sufrido muchas catástrofes en mi vida. La mayoría de ellos nunca sucedieron”. Entonces, ¿dónde puedes estar en paz? En la claridad de tu propia mente, en la libertad y flexibilidad de este momento. Hablamos de “vivir el ahora”, pero tener cáncer me dio esta oportunidad real: el conocimiento de que si realmente vives el ahora, no experimentarás el sufrimiento de cosas que no han sucedido. Y funcionó. Funcionó totalmente. Ahora no he tenido evidencia de recurrencia de la enfermedad durante varios años y tampoco paso ningún tiempo preocupándome por eso.

En cierto modo, encontrar un enfoque positivo para afrontar el cáncer fue como aprender a hacer una meditación en la respiración. Está en la misma línea. Cuando haces una meditación en la respiración, empiezas a darte cuenta de que si puedo mantener mi mente en la sensación de la respiración durante un momento, puedo hacerlo durante cinco o diez. Y esa paz empieza a entrar, y sabes que es posible ser mejor de lo que eres ahora. Puedes reconocer ese potencial y ganar esa confianza en tu propia experiencia. Así que pude entrar en algo de una intensidad mucho mayor que cualquier mente de porquería que tuviera esta mañana cuando hice mi meditación en la respiración -teniendo esos pensamientos de "¿qué va a pasar hoy en el hospital?"- y empecé a tener esa confianza, ese conocimiento de que podía alejar mi mente de eso, volver a la paz, volver a mi corazón. De vuelta a la claridad de mi propia mente.

Shelly Tanner

Shelly attends Kadampa Meditation Centro de Nueva York
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