Hay un hermoso silencio en el Templo, ya que muchas personas intentan guardar silencio antes de las sesiones. Hay tiempo para asentar nuestras mentes y dejar ir las distracciones. Como intentamos adquirir experiencia de la perfección de la sabiduría, guen Rabten nos guía en una poderosa meditación inicial sobre la compasión. A ésta le sigue el Sutra del Corazón para disipar obstáculos y recibir bendiciones y la meditación propiamente dicha sobre la vacuidad del cuerpo. Por último, al levantarnos de la meditación, escuchamos el profundo consejo del venerable Gueshela dado en Portugal sobre cómo practicar en el descanso de la meditación con respecto a nuestro cuerpo. "Estamos viendo o percibiendo sólo una apariencia, pero no creemos que exista".

Hay algo tan increíblemente único en lo que estamos haciendo: más de mil personas en persona, junto con miles en línea, meditando juntos sobre la "mera ausencia del cuerpo que normalmente vemos."