La ordenación monástica de Buda

El siguiente fragmento sobre la vida de Buda ha sido extraído del libro Introducción al budismo, de Gueshe Kelsang Gyatso :

«Cuando los habitantes del reino de Shakya supieron que el príncipe quería abandonar el palacio, suplicaron al rey que acordara un matrimonio para su hijo con el fin de que olvidara sus planes.

»El rey aceptó y, en poco tiempo, encontró una joven doncella llamada Yasodhara, hija de una respetada familia Shakya. El príncipe Sidharta carecía de apego a los placeres mundanos porque sabía que los objetos de deseo son como flores venenosas: aunque son atractivas, pueden producir inmenso dolor.

»Su resolución de abandonar el palacio y alcanzar la iluminación seguía inalterable; sin embargo, para satisfacer los deseos de su padre y beneficiar a los Shakya durante cierto tiempo, aceptó contraer matrimonio con Yasodhara.

»Entonces, permaneció en el palacio, como corresponde a un príncipe, y dedicó todo su tiempo y energía a servir a su pueblo lo mejor que pudo.

»Al cumplir veintinueve años, el príncipe tuvo una visión en la que todos los Budas de las diez direcciones aparecieron ante él y le dijeron al unísono: “En el pasado te comprometiste a alcanzar el estado victorioso de un Buda para poder ayudar a todos los seres que se encuentran atrapados en el ciclo del sufrimiento. Ahora ha llegado el momento de que cumplas tu promesa”.

»El príncipe fue a hablar con sus padres de inmediato y les dijo: “Quiero retirarme a un lugar apacible en el bosque donde pueda dedicarme a la concentración meditativa y alcanzar con rapidez la iluminación total. Cuando lo consiga, podré beneficiar a todos los seres y devolverles su bondad, en especial, la que vosotros me habéis mostrado. Por lo tanto, os suplico que me concedáis permiso para dejar el palacio”.

»Al oír estas palabras, sus padres se sorprendieron, y el rey se negó a complacerlo. El príncipe Sidharta contestó al rey: “Padre, si puedes liberarme de manera permanente de los sufrimientos del nacimiento, las enfermedades, la vejez y la muerte, me quedaré a vivir en el palacio; en caso contrario, he de marcharme y dar sentido a mi vida”.

»El rey intentó por todos los medios convencer a su hijo de que no abandonara el palacio. Con la esperanza de que cambiara de opinión, le rodeó de un séquito de encantadoras doncellas, bailarinas, cantantes y músicos que lo entretenían día y noche. Además, para evitar que se escapase en secreto, rodeó el palacio de guardianes.

»A pesar de estas distracciones, Sidharta seguía decidido a marcharse para practicar la meditación. Una noche, con sus poderes sobrenaturales, sumergió en un profundo sueño a los guardianes y sirvientes, y se escapó con la ayuda de un fiel amigo.

»Después de recorrer unos diez kilómetros, el príncipe desmontó de su caballo y se despidió de su ayudante. Luego, se cortó el cabello y lo lanzó hacia el cielo, donde lo recogieron unos dioses de la Tierra de los Treinta y Tres Cielos. Uno de ellos le ofreció los hábitos azafranados de un mendicante religioso.

»El príncipe los aceptó y, a cambio, le entregó sus vestimentas reales. De este modo, él mismo se ordenó monje».

Para más información sobre la vida Buda, véase Introducción al budismo.