Selección de la redacción – octubre y noviembre de 2024
Nov 30, 2024
Extraído de Transform Your Life por Venerable Geshe Kelsang Gyatso.
En este contexto, el buen corazón por excelencia es la bodhichita. En sánscrito, bodhi significa ‘iluminación’, y chita, ‘mente’; por lo tanto, la palabra bodhichita significa literalmente ‘mente de la iluminación’, y se define como «la mente que, motivada por compasión hacia todos los seres sintientes, desea de manera espontánea alcanzar la iluminación».
La bodhichita nace de la gran compasión, que a su vez surge del amor que estima a los demás.
Este amor se puede comparar con un campo, la compasión, con las semillas, tomar y dar, con el abono, y la bodhichita, con la cosecha.
El amor que estima a los demás que se adquiere con la práctica de cambiarnos por los demás es más profundo que el cultivado con otros métodos y, por lo tanto, la compasión y la bodhichita resultantes son también más profundas.
Si no tenemos gran compasión, el deseo espontáneo de proteger a todos los seres sintientes del sufrimiento, no podemos generar la bodhichita; pero con gran compasión, sobre todo la que se genera con la práctica de cambiarse uno por los demás, la bodhichita surgirá de manera natural. La intensidad de nuestra bodhichita depende por completo de la de nuestra gran compasión.
De todas las realizaciones de Dharma, la bodhichita es la suprema. Esta mente compasiva constituye la esencia misma del Budadharma. Si generamos la mente de bodhichita, aumentarán nuestras virtudes, solucionaremos nuestros problemas, colmaremos los deseos de los demás y adquiriremos la capacidad de ayudarlos del modo más apropiado.
La bodhichita es nuestro mejor amigo y la cualidad más elevada. Por lo general, consideramos que aquellos que son amables y bondadosos con sus amigos, cuidan de sus padres y practican la generosidad, son buenas personas; pero, ¡cuánto más merecedor de alabanzas es aquel que dedica su vida a aliviar el sufrimiento de todos los seres sintientes!
De los numerosos maestros que tenía Atisha, Guru Serlingpa era por el que sentía mayor devoción. Solo con oír su nombre, se postraba. Cuando los discípulos de Atisha le preguntaron por qué respetaba más a Serlingpa que a sus otros maestros, respondió: «Gracias a la bondad de Guru Serlingpa he generado la preciosa mente de bodhichita». Debido a su bodhichita, Atisha transmitía gran gozo y felicidad a los demás y sus acciones eran siempre beneficiosas.
Para una descripción más extensa sobre bodhichita, véanse Eight Steps to Happiness,Universal Compassion, y Meaningful to Behold.