Inspiración en Colombia y México

Este mes se produjeron eventos inspiradores en Colombia y México. KMC Colombia dio la bienvenida al nuevo maestro residente, guen Kelsang Atisha, con un curso muy especial, al que asistieron más de 100 personas y KBC Drolma en Chiapas, México, celebró su 30º aniversario con el Director Espiritual Nacional guen Kelsang Sangden.

Bienvenida a un nuevo maestro residente en Colombia

El sábado 17 de febrero, KMC Colombia le dio la bienvenida al nuevo maestro residente, guen Kelsang Atisha con un curso muy especial, al que asistieron más de 100 personas.

En su primera enseñanza en Bogotá, guen Atisha impartió enseñanzas especiales sobre cómo lidiar con las adversidades que todos enfrentamos en nuestra vida cotidiana, y transmitió los sinceros consejos del venerable Gueshe Kelsang Gyatso sobre cómo podemos mejorar nuestras actitudes y cultivar la sabiduría frente a las dificultades.

Con este curso, KMC Colombia entra en una nueva y muy auspiciosa etapa en su desarrollo. Toda la Sangha colombiana agradece la bondad de nuestro maestro residente y nuestro preciado guía espiritual, el venerable Gueshela. Que el sagrado Dharma Kadam crezca en los corazones de todos los colombianos y se extienda por todo nuestro país, Suramérica y el mundo entero.

Visita de guen Sangden a Chiapas En el 30 aniversario del Budismo Kadampa en Chiapas

Del 7 al 11 de febrero tuvimos la enorme fortuna de recibir en Chiapas a guen Kelsang Sangden, nuestro Director Espiritual Nacional para México, quien nos ofreció dos charlas públicas, una en Tuxtla Gutiérrez y otra en San Cristóbal de Las Casas, así como un hermoso y significativo retiro de tres días sobre la vacuidad.

Realizamos este retiro en la casa donde comenzaron las clases del Dharma Kadam hace 30 años. Muchas gracias al venerable Gueshela por todos estos años de enseñanzas, gracias por su compañía y bendiciones cada día y gracias a todos los maestros y alumnos que con su dedicación y amor han mantenido el Dharma durante este tiempo en nuestra región. ¡Que el precioso Dharma florezca sin cesar!