Toda nuestra felicidad es el resultado de la bondad de Buda.

Sin la bondad de Buda, no conoceríamos las verdaderas causas de la felicidad ni las verdaderas causas del sufrimiento.

Buda nos enseñó cómo toda la felicidad y el sufrimiento dependen de la mente. Nos enseñó a abandonar los estados mentales que causan sufrimiento y a cultivar los que causan felicidad. En otras palabras, nos enseñó métodos perfectos para superar todo sufrimiento y alcanzar la felicidad pura y duradera. Nadie más nos ha enseñado estos métodos. ¡Qué bondadoso es Buda!

Nuestro propio nacimiento humano es una prueba de la bondad de Buda. Es en virtud de las bendiciones y enseñanzas de Buda que fuimos capaces de crear la causa para renacer en una forma humana con todas las libertades y dones necesarios para la práctica espiritual. Si ahora podemos conocer a un Guía Espiritual cualificado y practicar el Dharma, se debe únicamente a la bondad de Buda.

Podemos practicar los métodos que conducen a la iluminación plena y obtener realizaciones espirituales sólo porque Buda hizo girar la Rueda del Dharma y mostró su ejemplo en este mundo.

Incluso la sabiduría que poseemos para discriminar entre lo que es beneficioso y lo que es perjudicial, y para identificar las enseñanzas de Buda como valiosas, es resultado de la bondad de Buda.