Gemas que colman todos los deseos para los practicantes de Dharma

LOS BENEFICIOS DE LOS PROGRAMAS FUNDAMENTAL Y DE FORMACION DE MAESTROS

Transcripción de una charla impartida por el venerable Gueshe Kelsang Gyatso con ocasión de la inauguración del Programa Fundamental en Tara Centre en octubre de 1990.

“El comienzo del Programa Fundamental en un centro es una gran oportunidad porque con este programa podemos cumplir tanto nuestros deseos como los de los demás.

¿Cómo podemos cumplir nuestros deseos con el Programa Fundamental? Aumentando nuestra sabiduría y experiencia de Dharma. Con sabiduría y experiencia de Dharma podemos solucionar todos los problemas con los que nos encontremos en nuestra vida diaria y protegernos de peligros en el futuro. Desde tiempo sin principio hemos tenido intensos malos hábitos que surgen de nuestro aferramiento propio y estimación propia. Todos deseamos mejorar, ser felices y tener éxito en la vida, pero nuestros malos hábitos nos conducen en la dirección contraria. En lugar de encontrar felicidad, creamos las causas de más sufrimiento. Aunque nadie desea sufrir, debido a nuestro malos hábitos reforzamos continuamente nuestras mentes perturbadas, que son la causa de todos nuestros sufrimientos.

Con sabiduría y experiencia de Dharma podemos controlar nuestras mentes perturbadas. Podemos reducir nuestro apego, odio, celos, etcétera, y subyugar nuestro aferramiento propio y estimación propia. Si controlamos nuestras mentes perturbadas, podremos experimentar la paz permanente día y noche. Conseguiremos una cesación permanente de los problemas humanos en particular, y de los problemas del samsara en general. De este modo nos convertiremos en nuestros propios protectores.

Con sabiduría y experiencia de Dharma también nos convertiremos en nuestros propios médicos. Sin importar si somos jóvenes o viejos, ricos o pobres, famosos o no, todos tenemos que experimentar sufrimiento mental sin elección. A lo largo de un solo día nos sentimos afligidos y nos encontramos con dificultades numerosas veces, ya sea debido a circunstancias desagradables o a otras personas, que incluso pueden ser nuestros amigos. Algunas veces, sin razón aparente, la infelicidad, la decepción, la insatisfacción o el dolor surgen de manera natural debido a la maduración de nuestras impresiones kármicas. Necesitamos encontrar un remedio para este sufrimiento mental. Nadie puede darnos una medicina que alivie esta clase de dolor, debemos convertirnos en nuestro propio médico kármico y curarnos a nosotros mismos por medio de la experiencia de Dharma. Si aumentamos nuestra sabiduría y experiencia de Dharma, solucionaremos de manera gradual todos nuestros problemas y finalmente alcanzaremos la felicidad última de la iluminación total, el gozo de la Budeidad. De este modo, con el Programa Fundamental aprendemos a satisfacer nuestros deseos.

Cómo colmar los deseos de los demás

¿Cómo podemos colmar los deseos de los demás con el Programa Fundamental? Si aumentamos nuestra sabiduría y experiencia de Dharma, podremos impartir enseñanzas, dar consejos espirituales y dar un buen ejemplo que los demás puedan seguir. De este modo podremos guiar a los demás por los caminos espirituales.

Por lo general, todas las personas, ya sean budistas o no, religiosas o no, desean ayudar a los demás. Por ejemplo, todos desean ayudar a sus padres, hijos y amigos, pero la clase de ayuda que pueden ofrecer es bastante limitada. Normalmente solo podemos ofrecer ayuda material intentando mejorar las condiciones y disfrutes de los demás en el samsara. Es posible que con esta clase de ayuda produzcamos algún beneficio temporal, pero no un beneficio último. Además, si actuamos sin sabiduría, experiencia de Dharma, clarividencia, medios hábiles, paciencia, etcétera, no podremos tener la certeza de que nuestras acciones sean realmente beneficiosas. Aunque es posible que dedicarnos a satisfacer las necesidades inmediatas de los demás parezca beneficioso, también puede ser perjudicial. No podemos saberlo.

Desde tiempo sin principio los maternales seres sintientes se han preocupado de mejorar sus condiciones y disfrutes en el samsara. Como seres humanos una y otra vez han buscado la felicidad en los objetos materiales, en la comida, la ropa, el dinero, la reputación, etcétera, pero a pesar de todos sus esfuerzos siguen teniendo problemas. Ni la riqueza ni los recursos, por abundantes que sean, pueden realmente eliminar los problemas del samsara. Aunque le diéramos a nuestra madre millones de euros no podría eliminar sus problemas ni su sufrimiento, en realidad probablemente los aumentaría. Las personas ricas tienen muchas más preocupaciones que las pobres: tienen que pensar en cómo proteger su riqueza, cómo aumentarla y cómo gastarla. Las personas ricas viven con un miedo constante a ser robadas o atacadas debido a sus posesiones. Sus mentes están llenas de distracciones, son propensas a sentir orgullo y a la falta de ética, y debido a su vida llena de indulgencia, su apego y, por lo tanto, su insatisfacción, aumentan sin cesar. A estas personas les resulta muy difícil encontrar el tiempo o la motivación para practicar el Dharma. En cambio, las personas pobres tienden a estar más satisfechas. Tienen menos preocupaciones y distracciones, y tienden a ser humildes en lugar de orgullosas. Como resultado, les resulta más fácil apaciguar sus mentes, tener aspiraciones espirituales y mantener conductas puras.

De todo ello se deduce que dar ayuda material sin sabiduría ni habilidad puede ser perjudicial. En lugar de ayudar a los demás, es posible que contribuyamos a aumentar sus problemas. En su Adiestramiento de la mente en siete puntos, Gueshe Chekhaua nos avisa de no practicar el beneficio incorrecto. Algunas veces tenemos la intención de beneficiar a los demás, pero debido a nuestra falta de sabiduría y experiencia de Dharma los perjudicamos sin darnos cuenta.

Por lo tanto, ¿cómo podemos ayudar a los demás y realmente colmar su deseo de eliminar el sufrimiento y encontrar felicidad? Principalmente con nuestro buen ejemplo, impartiendo enseñanzas, dando consejos espirituales y guiándolos de manera gradual por los caminos espirituales. Debemos ayudar a los demás a superar su ignorancia y cultivar un buen corazón. Manteniendo siempre un buen corazón cualquier persona puede superar sus problemas diarios, y si continúa mejorando como persona, llegará a alcanzar la paz interna permanente y la liberación completa de todo sufrimiento y peligro.

Por lo tanto, la mejor manera de ayudar a los demás es practicar la generosidad del Dharma en lugar de dar ayuda material. Incluso si un Buda viviente apareciera en nuestras vidas y nos diera dinero y otros objetos materiales, no nos beneficiaría mucho, pero si nos imparte el Dharma y nos guía por los caminos espirituales correctos con el poder de su ejemplo y sus buenos consejos, nos proporcionará una inmensa ayuda. De este modo eliminará todos nuestros problemas diarios y finalmente nos conducirá a la liberación completa del sufrimiento. El objetivo principal del Programa Fundamental es prepararnos para poder ayudar a los demás de este modo.

De todo ello se deduce que para colmar nuestros deseos y los de los demás debemos confiar en el Programa Fundamental. En este momento nuestra sabiduría es como un niño pequeño o como la luna nueva. Es posible que hayamos adquirido algo de sabiduría al escuchar enseñanzas y leer y estudiar libros, pero debemos aumentarla mucho más. Si seguimos el Programa Fundamental, podemos aumentar de manera gradual nuestra sabiduría hasta hacerla madurar por completo, como la luna llena. Con esta clase de sabiduría tendremos una confianza firme y estable cuando enseñemos el Dharma a los demás.

Cómo integrar el Dharma en nuestra vida

Nuestra presente comprensión y experiencia de Dharma es bastante superficial. Somos como alguien que ha entrado en un supermercado y ve muchos alimentos, pero ha probado solo unos pocos. Es posible que hayamos recibido muchas enseñanzas de diferentes maestros, pero hemos asimilado muy pocas, solo algunos aspectos. Por lo tanto, nuestra experiencia sigue siendo superficial. Hay una separación entre nosotros y el Dharma. Parece como si el Dharma estuviera allí y nosotros aquí. Puesto que nuestra mente no está mezclada con el Dharma, no podemos aplicarlo en nuestra vida diaria.

Como resultado, nuestros problemas diarios continúan. Por ejemplo, es posible que hayamos recibido muchas enseñanzas sobre el Lamrim y leído muchos libros; es posible que a nivel intelectual encontremos relativamente fácil comprenderlo y aceptarlo, pero nos resulta difícil integrarlo en nuestra vida diaria y, por lo tanto, no podemos utilizar este Dharma para solucionar nuestros problemas diarios. Cuando estudiamos el Dharma nuestra mente permanece pasiva, como si estuviéramos viendo la televisión. No se implica en el objeto ni se mezcla con él. Por lo tanto, nuestra vida diaria y el Dharma permanecen separados y desconectados.

¿A qué se debe esto? A que no estudiamos de manera sistemática siguiendo un programa especialmente diseñado. Si estudiamos diferentes temas de Dharma al azar nunca adquiriremos una experiencia profunda y estable, y nuestra sabiduría nunca será como la luna llena.

Un programa de estudios especial

En este momento tenemos en nuestros centros un Programa Fundamental y un Programa de Formación de Maestros. Esta tradición no es nueva. En el pasado han habido otros programas especialmente diseñados para los estudiantes de Dharma según sus circunstancias particulares.

En todos estos programas se estudiaban ciertos textos, se hacían exámenes y se entregaban títulos o certificados. Por ejemplo, los antiguos gueshes kadampas tenían un programa en el que estudiaban seis textos. Más tarde, Yhe Tsongkhapa introdujo un programa basado en diez textos y después, en los monasterios tibetanos, como Ganden, Sera y Drepung, se estableció otro basado en cinco textos.

Yo estudié este programa en el monasterio de Sera. Cuando lo terminé y recibí el título de gueshe sentí como si hubiera alcanzado la cumbre de la montaña más alta. Mi fe y experiencia habían aumentado de manera considerable y tenía gran confianza en enseñar a los demás. Mi mente era muy feliz y me sentía libre de problemas por completo.

Inspirado en mi propia experiencia generé un intenso deseo de introducir un programa similar para que los estudiantes de Dharma en la sociedad moderna pudieran obtener los mismos resultados. Sin embargo, comprendo con claridad que el programa diseñado para gueshes tibetanos no es apropiado para estos tiempos.

La mayoría de los estudiantes de Dharma en la actualidad son personas laicas y, por lo tanto, no pueden estudiar el vinaya, que es uno de los cinco temas estudiados por los gueshes tibetanos. Otros temas que estudian los gueshes tibetanos son bastante técnicos y, aunque muy profundos y beneficiosos, no tienen una aplicación inmediata.

La naturaleza de las personas de esta sociedad moderna es estudiar algo un día y querer ponerlo en práctica al día siguiente. Esta es una cualidad muy buena porque siempre intentan adquirir una experiencia práctica de lo que estudian.

Teniendo esto en cuenta he diseñado un Programa de Formación de Maestros especial para que los estudiantes kadampas de hoy día puedan completar sus estudios y práctica. He elegido once temas, algunos de los cuales son temas filosóficos extraídos del programa de gueshes, y otros son para una aplicación práctica, como el Lamrim, el Loyong y el Mahamudra.

El Programa Fundamental está basado en cinco temas extraídos de las enseñanzas de sutra de Buda. Si los estudiantes que completan el Programa Fundamental desean continuar con el Programa de Formación de Maestros, los temas que han estudiado les sirven para la formación de maestros y no los tienen que estudiar de nuevo. Por lo tanto, han cumplido casi con la mitad del Programa de Formación de Maestros.

Por lo general, cuando se inician los programas en un centro, primero se empieza con el Programa Fundamental. Cuando la primera clase completa todo el curso, puede continuar con el Programa de Formación de Maestros, y entonces se comienza una clase nueva de Programa Fundamental.

Por supuesto, los estudiantes pueden elegir entre estudiar el Programa de Formación de Maestros o no. Si un estudiante está satisfecho simplemente con el Programa Fundamental, puede dejarlo cuando termine este curso, pero la clase pasa a formar parte del Programa de Formación de Maestros.

En este momento, tanto el Programa Fundamental como el Programa de Formación de Maestros se han estado impartiendo con éxito en el Manjushri Kadampa Meditation Centre y en el Madhyamaka Centre.

Estoy muy contento con los resultados. Cuando leo los exámenes compruebo que los estudiantes han comprendido bien los temas y que han recibido grandes beneficios de los programas. Estoy convencido de que estos programas están llenos de significado y de que son el mejor método para aumentar la sabiduría y la experiencia de Dharma.

La necesidad de maestros cualificados

El Budadharma solo es beneficioso para los demás si hay maestros cualificados. Sin maestros, los textos de Dharma por sí solos no proporcionan mucho beneficio. Para convertirse en un maestro de Dharma cualificado se necesita una preparación y un adiestramiento especiales.

No resulta fácil convertirse en un maestro de Dharma porque se necesitan varias cualidades especiales: sabiduría, visión correcta, fe, convicción y una conducta pura como ejemplo para los demás. Además, los maestros necesitan una reserva inagotable de conocimiento de Dharma y experiencia para poder enseñar, de lo contrario se secan al cabo de uno o dos años.

Si un maestro carece de cualidades como la sabiduría, la experiencia, la fe y la motivación pura, a los demás les resultará difícil tener fe en él o en sus enseñanzas y no podrá beneficiarlos. Además, sin una formación y preparación apropiadas existe el riesgo de que los maestros mezclen las actividades mundanas del samsara con sus enseñanzas. Por lo tanto, sin lugar a dudas necesitamos formarnos bien si deseamos beneficiar verdaderamente a los demás.

Si completamos el Programa de Adiestramiento de Maestros, podemos comenzar a enseñar de inmediato. Si, por el contrario, deseamos llevar una vida contemplativa, nos daremos cuenta de que gracias a este programa estaremos bien preparados. Como mínimo seremos grandes eruditos budistas con una profunda y estable experiencia de Dharma.

Por lo tanto, estos programas son verdaderas joyas que colman todos los deseos para los practicantes de Dharma. Si participamos en ellos, podremos mejorar nuestra sabiduría y experiencia de Dharma y utilizar esta última para solucionar nuestros problemas diarios.

Podremos convertirnos en nuestro propio protector protegiéndonos a nosotros mismos de los peligros y del sufrimiento, y en nuestro propio médico curando nuestras aflicciones mentales con la medicina del Dharma. Seremos capaces de dar un buen ejemplo que los demás podrán seguir y ayudarlos impartiendo enseñanzas y dando consejos. Finalmente podremos impartir extensas enseñanzas y beneficiar a los demás de numerosas maneras organizando cursos especiales, etcétera. De este modo llenaremos de significado nuestra vida y la de los demás.

Un modo de comprensión especial

Durante las clases del Programa Fundamental el maestro leerá el texto y ofrecerá un comentario adicional. Esto tiene dos objetivos: aclarar puntos difíciles y transmitir el linaje oral. Por lo tanto, cuando el maestro lee el libro, además está transmitiendo el linaje del texto a futuros maestros.

Los textos en sí mismos están bastante claros. Los textos de Lamrim y de Loyong en particular son bastante fáciles de entender. Sin embargo, cuando estudiamos este programa necesitamos adquirir una comprensión especial. Para ello debemos leer, contemplar, debatir, memorizar y meditar. El debate es un aspecto importante del programa porque podemos ayudarnos los unos a los otros compartiendo nuestra experiencia y comprensión del Dharma. Unas veces podemos debatir en parejas, y otras, toda la clase.

Al debatir debemos mantener una mente abierta y estar motivados por el deseo de ayudar a nuestro compañero. Si tenemos alguna experiencia o comprensión especiales, podemos compartirlas. Debemos dirigir el debate como si estuviéramos ofreciendo algo precioso a un amigo.

Cuando preguntemos a nuestro compañero hemos de hacerlo solo con la intención de aprender de ella o de aclarar un punto, no para averiguar lo que sabe; y cuando nuestro compañero responda debemos escuchar con tanta atención como si estuviéramos recibiendo algo precioso de un amigo.

No conviene tener fuertes discusiones y hemos de evitar los desacuerdos explícitos. Si nuestro compañero dice algo equivocado, debemos decírselo con cuidado de no ofenderle. Debemos tener en cuenta que algunas personas no aceptan bien que se les contradiga y, por lo tanto, hemos de hablar con suavidad y consideración.

Algunas veces, si alguien dice algo equivocado, podemos descartarlo mentalmente mientras parecemos estar de acuerdo. Esto ayuda a mantener el debate apacible y amistoso. En realidad, nadie es malo por naturaleza, pero algunas veces las personas pueden parecer molestas o decepcionadas. Si nuestro compañero tiene dificultades para comprender o aceptar nuestros razonamientos, debemos ser pacientes e intentar ayudarlo a comprenderlos de manera gradual.

Nuestro debate no debe ser como los fuegos artificiales –mucho ruido y pocas nueces–, sino que ha de tener significado y ser concluyente. Debemos intentar concluir cada debate con una decisión clara sobre el significado del tema que estemos tratando.

Más tarde, cuando hagamos el examen, las conclusiones a las que hayamos llegado durante los debates nos resultarán muy útiles. El debate nos ayuda a ordenar nuestras ideas y a llegar a decisiones claras. Entonces tendremos certeza y confianza. De lo contrario, si no debatimos con regularidad, seguiremos teniendo dudas sobre los temas.

Conviene memorizar los puntos más importantes del tema y combinar en la práctica nuestra comprensión con nuestras actividades diarias. Es importante también mantener los compromisos del programa. Estos están diseñados para ayudarnos a alcanzar nuestro objetivo. Sin ellos existe el riesgo de distraernos debido a la pereza u otras circunstancias y de no completar nuestros estudios.

La bondad de los estudiantes

Aprecio muchísimo el hecho de que os hayáis apuntado al Programa Fundamental; sois muy bondadosos. Con un programa como este, los centros de Dharma hacen un gran servicio.

La verdadera función de un centro de Dharma es impartir enseñanzas a las personas que viven en los alrededores y, al compartir con ellas nuestra experiencia de Dharma, los ayudamos a solucionar sus problemas diarios. Si todas las personas que se han matriculado hoy siguen este programa con paciencia, mantienen todos los compromisos, aprueban todos los exámenes, etcétera, será un acto de gran bondad hacia los demás.

Cuando completemos el programa seremos capaces de ayudar verdaderamente a nuestro centro, así como a todas las personas que viven alrededor. De este modo podremos cumplir nuestros deseos al mismo tiempo que beneficiamos a los demás. Esto no es un pequeño trabajo, es un gran logro.

Ahora que os habéis apuntado al programa no debéis abandonarlo. Algunas veces tendréis dificultades y problemas, otras veces os aburriréis o desanimaréis, pero estos son pequeños obstáculos. Si los dejáis pasar, ellos mismos desaparecerán naturalmente y más tarde os sentiréis bien de nuevo.

Mientras permanezcamos en el samsara seguiremos teniendo problemas, pero esto no es ninguna razón para abandonar algo tan precioso y lleno de significado. Una vez que hemos emprendido una gran tarea no debemos abandonarla hasta completarla.

Es posible que cinco o siete años parezca mucho tiempo, pero si practicáis firmemente todos los días sin dejarlo, de manera gradual alcanzaréis vuestra meta. Si comenzáis hoy, mañana estaréis más cerca del final. Si pensáis de este modo, llegará un día en que completéis nuestro adiestramiento. ¡Qué maravilla!

Seréis capaces de impartir con confianza enseñanzas puras sobre cualquier tema que hayáis escuchado y las personas tendrán fe en vosotros debido a vuestra buena preparación. Os apreciarán por diferentes motivos: por vuestras enseñanzas, por vuestra experiencia personal, por vuestra capacidad para ayudarlos a solucionar sus problemas, etcétera.

Estos beneficios los recibiremos solo en esta vida, pero en realidad, las vidas futuras son mucho más importantes. Experimentaremos los resultados beneficiosos de estudiar en este programa vida tras vida hasta alcanzar la iluminación. Los beneficios son inagotables.

Ya he preparado la mayoría de los temas de los programas. Si hay alguna parte de los textos que no esté clara, es mi responsabilidad aclararla. Si encontráis estos puntos en vuestros debate, escribirlos y enviármelos y yo os daré una respuesta. Por ejemplo, las enseñanzas del Lamrim proceden originalmente de Atisha, de Yhe Tsongkhapa y de mi guru raíz Triyhang Rimpoché, pero el texto en particular que estáis estudiando lo he preparado yo.

De manera similar, la Guía del camino medio fue escrita por Chandrakirti, pero el comentario que vais a estudiar es mío. Por lo tanto, es mi responsabilidad aclarar cualquier punto que no esté claro y ayudaros a superar cualquier dificultad que encontréis en vuestros estudios. También es responsabilidad mía preparar los exámenes. Vosotros debéis mantener los compromisos y completar el programa. Por lo tanto, me gustaría daros las gracias a todos y animaros a que completéis vuestros estudios con alegría.”