Introducción al budismo

Una presentación del modo de vida budista
por Gueshe Kelsang Gyatso

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lea un extracto

¿Quién es Buda?
La naturaleza de la mente
Las vidas pasadas y futuras
El karma
Por qué meditar y cómo hacerlo
¿Qué es la liberación?
El camino hacia la iluminación
En esta introducción se exponen con claridad estos y otros temas acerca de Buda y de sus enseñanzas. Comenzando con un relato de los principales acontecimientos en la vida de Buda, Gueshe Kelsang introduce los principios en los que se basa el modo de vida budista y lo que significa ser budista. También enseña lo que es la meditación de forma clara y simple, y temas más complejos como los caminos que conducen a la liberación y a la iluminación se presentan de manera accesible e inspiradora.

Para los principiantes en el budismo o la meditación, este es un libro ideal para iniciarse en el modo de vida budista.


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La paciencia de no vengarse

En cambio, la paciencia nos ayuda tanto en esta vida como en las futuras. Shantideva dice:

«No hay peor maldad que el odio
ni mejor virtud que la paciencia».

Con paciencia podemos aceptar cualquier dificultad y daño provocado por los demás, y soportar los problemas cotidianos y contratiempos. Si somos pacientes, no nos enfadamos por nada y evitamos numerosos problemas. Con esta virtud mantenemos la paz interior necesaria para alcanzar realizaciones espirituales. Chandrakirti dice que si practicamos la paciencia, en el futuro disfrutaremos de una forma hermosa y nos convertiremos en un ser puro con elevadas realizaciones.

Hay tres clases de paciencia:

1. La paciencia de no vengarse.
2. La paciencia de aceptar voluntariamente el sufrimiento.
3. La paciencia de pensar definitivamente sobre el Dharma.

La paciencia de no vengarse

Para practicar esta clase de paciencia hemos de ser conscientes en todo momento de los inconvenientes de generar odio y de los beneficios de aceptar las adversidades y el dolor. Además, cuando el odio esté a punto de manifestarse, debemos aplicar de inmediato los métodos correctos para eliminarlo. Primero hemos de aceptar pequeñas molestias, como alteraciones en nuestra rutina o las críticas de los demás, y luego ir poco a poco mejorando nuestra paciencia hasta que podamos afrontar grandes dificultades sin enfadarnos.

Cuando meditamos sobre la paciencia, podemos utilizar diferentes razonamientos para abandonar nuestros deseos de venganza. Por ejemplo, podemos pensar que si alguien nos pegara con un palo, sería absurdo enfadarnos con este objeto porque en sí mismo carece de voluntad propia al ser manipulado por el agresor. De igual manera, si una persona nos insulta, no debemos enfadarnos con ella porque sabemos que está bajo el control de su mente perturbada y no actúa con libertad. También podemos pensar que al igual que un médico no se enfadaría con un paciente con fiebre que lo insultara, nosotros tampoco debemos enfadarnos cuando los seres ofuscados por los engaños nos perjudican. En El Camino gozoso de buena fortuna y en Tesoro de contemplación pueden encontrarse más razonamientos similares.

La razón principal por la que los demás nos perjudican es que en el pasado hemos hecho lo mismo con ellos. Las personas que nos dañan no son más que las condiciones necesarias para que madure nuestro karma. La verdadera causa de nuestros sufrimientos es nuestro propio karma destructivo. Si en circunstancias adversas recurrimos a la venganza, cometeremos más acciones perjudiciales y en el futuro experimentaremos de nuevo los mismos problemas. No obstante, si aceptamos con paciencia el daño recibido, romperemos este círculo vicioso y pagaremos nuestras deudas kármicas.

© Gueshe Kelsang Gyatso y Nueva Tradición Kadampa