Una vida con significado, una muerte gozosa

La profunda práctica de la transferencia de consciencia

por Gueshe Kelsang Gyatso

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Puesto que estamos vivos, nos vamos a morir.

Aunque esta es la verdad más evidente de nuestra existencia, muy pocos la aceptamos. Esta inspiradora obra nos presenta de manera incomparable la visión budista de la muerte y de cómo morir. Nos ayuda a ser conscientes de nuestra propia mortalidad, lo que nos enriquecerá y transformará nuestra vida.

Además, incluye instrucciones prácticas y accesibles sobre cómo aumentar nuestros estados mentales virtuosos, como el amor, la compasión y la sabiduría.

En particular, Gueshe Kelsang revela una simple pero poderosa práctica denominada transferencia de consciencia, con la cual podremos afrontar la muerte con dignidad, claridad y sin miedo, renacer en una tierra pura y disfrutar de felicidad en nuestras vidas futuras.


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Por qué necesitamos pensar en la muerte

Contemplar nuestra propia muerte nos animará a utilizar nuestra vida con sabiduría, cultivando el refugio interno de las realizaciones espirituales. De lo contrario, no podremos protegernos de los sufrimientos de la muerte ni de los que nos esperan después. Además, cuando alguien cercano a nosotros, como nuestro padre, nuestra madre o algún amigo, se esté muriendo, no sabremos cómo ayudarlo y sentiremos tristeza y frustración debido a nuestra incapacidad para resultarles de verdadera utilidad. Prepararnos para la muerte es una de las cosas más bondadosas en inteligentes que podemos hacer tanto por nosotros mismos como por los demás.

En realidad, este mundo no es nuestro hogar. No somos más que viajeros que estamos de paso. Llegamos de nuestra vida anterior y dentro de unos años, o incluso unos pocos días, viajaremos a nuestra próxima vida. Entramos en este mundo solos y con las manos vacías, y nos iremos del mismo modo. Todo lo que hayamos acumulado en esta vida, incluyendo nuestro propio cuerpo, se quedará atrás. Lo único que podemos llevarnos de una vida a otra son las huellas de las acciones virtuosas y perjudiciales que hayamos realizado. Si ignoramos la muerte, echaremos a perder nuestra vida luchando por cosas que tendremos que dejar atrás y cometiendo acciones perjudiciales para conseguirlas, y nos veremos obligados a viajar a nuestra próxima vida sin otro equipaje que la pesada carga del karma negativo.

En cambio, si nuestro modo de vida se basa en una percepción realista de nuestra mortalidad, consideraremos que el desarrollo espiritual es mucho más importante que los logros mundanos y que el tiempo que permanezcamos en este mundo es una oportunidad para cultivar mentes virtuosas, como la paciencia, el amor, la compasión y la sabiduría. Motivados por estas mentes virtuosas, realizaremos acciones positivas y crearemos la causa de nuestra felicidad futura. Cuando vayamos a morir, lo haremos sin miedo ni arrepentimiento porque nuestra mente tendrá la fortaleza del karma virtuoso que habremos acumulado.

Los maestros kadampas afirman que no sirve de nada tener miedo a la muerte cuando estamos a punto de morir, sino que debemos hacerlo cuando todavía somos jóvenes. Sin embargo, la mayoría de las personas hace justo lo contrario. Durante su juventud piensan: «No me voy a morir» y se comportan de manera imprudente sin preocuparse de la muerte, pero cuando esta llega, se sienten aterrorizados. Si generamos miedo a la muerte ahora, llenaremos nuestra vida de significado realizando acciones virtuosas y evitando las perjudiciales, y de este modo crearemos la causa para obtener un renacimiento afortunado. Cuando llegue el momento de nuestra muerte, nos sentiremos como un niño que regresa a casa de sus padres y moriremos de manera gozosa y sin miedo. Seremos como Longdol Lama, un maestro budista tibetano que falleció a una edad muy avanzada. Cuando llegó el momento de su muerte, se sentía feliz. La gente le preguntó por qué estaba tan contento, y él respondió: «Si me muero esta mañana, renaceré esta misma tarde en una tierra pura y mi próxima vida será muy superior a esta». Longdol Lama se había preparado bien para la muerte e incluso había elegido el lugar de su siguiente renacimiento. Si utilizamos nuestra vida para dedicarnos con pureza a la práctica espiritual, podremos hacer lo mismo.

© Gueshe Kelsang Gyatso y New Kadampa Tradition